Por Luis Martínez Alcántara
La NBA, en colaboración con FIBA, estudia lanzar una nueva competición en Europa, con miras a debutar en la temporada 2026–27 o para 2027, según evolucione el proyecto. El formato contemplaría entre 14 y 16 equipos, incluyendo franquicias permanentes en ciudades clave, así como clubes que se clasificarían por meritocracia desde ligas nacionales o la Basketball Champions League.
De acuerdo con Mark Tatum, comisionado adjunto de la NBA, la idea es integrar los dos mejores equipos de la Basketball Champions League directamente, y abrir un torneo “play‑in” para decidir los restos de las plazas. Los clubes se mantendrían activos en sus ligas nacionales y competirían simultáneamente en esta nueva élite, con posibles cruces como la participación en la NBA Cup.
El plan también considera la expansión a ciudades como Londres, París, Berlín, Roma y Mánchester, algunas aún sin equipos de élite en la Euroliga, aprovechando mercados grandes y crecientes. Además, se contempla la inclusión de equipos históricos del Este europeo —de países como Serbia, Grecia, Turquía e Israel—, como parte de una fórmula “semi‑abierta”.
Ventajas: los promotores ven una oportunidad de cerrar la brecha entre la pasión europea por el baloncesto y su viabilidad comercial, fortaleciendo infraestructura, atrayendo inversión y gamificando la competencia continental. Desde la NBA, aseguran que no pretenden reemplazar a la Euroliga, sino complementarla, honrando la tradición mientras modernizan el espectáculo.
Desventajas: la Euroliga expresó preocupaciones sus sobre la fragmentación del baloncesto europeo y la erosión de su identidad cultural deportiva. Además, el aspecto logístico y financiero plantea retos, pues la NBA deberá negociar derechos, calendarios y recorrer el miedo a imponer un modelo estadounidense en clubes y fanáticos locales.
La NBA busca crear una suerte de “Champions League del baloncesto” europeo hacia 2027, con formato mixto de franquicias permanentes y equipos vía meritocracia. La idea entusiasma por su ambición y recursos, pero genera dudas sobre cómo convivirá con la Euroliga y la esencia del baloncesto continental.
