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Ahorra en llantas el Metrobús y urbanos estatales por uso de datos e inteligencia operativa

Ahorra en llantas el Metrobús y urbanos estatales por uso de datos e inteligencia operativa

Por Redacción:

• La información se traduce además en seguridad para los usuarios y criterios ambientales para una economía circular

• Grupo CISA controla en la CDMX 407 unidades BRT, que utilizan 3 mil 970 neumáticos, mil 200 de los cuales se deben comprar anualmente

Ciudad de México, 7 de agosto de 2025 – El aprovechamiento de la información o data que arrojan los casi 13 mil 500 neumáticos que Grupo CISA mantiene rodando en el Metrobús (MB) de la Ciudad de México (CDMX) y cuatro entidades del país, ha generado en los últimos 18 meses, ahorros cercanos a 8 millones 500 mil pesos sólo en la compra de llantas, sin tomar en cuenta la continuidad de la operación, ni la reducción de accidentes viales.

De entonces a la fecha, el consorcio puso en marcha una nueva política de administración inteligente de neumáticos, para la medición del desgaste, segmentación y aplicación precisa de los manuales de uso del material, lo que se ha traducido en seguridad para los usuarios y establecer criterios ambientales para una economía circular.

En promedio, Grupo CISA mantiene en uso en las cinco empresas que opera en el MB, 407 unidades, que utilizan 3 mil 970 neumáticos, mil 200 de los cuales se deben comprar por año, con una inversión cercana a 10 millones 440 mil pesos.

En sus empresas estatales, ubicadas en Hermosillo, Querétaro, Puebla y Monterrey, adquiere anualmente 2 mil 640 llantas, con una inversión promedio de 14 millones 227 mil pesos.

Alberto Ortiz, responsable de la Gerencia de Desempeño de Neumáticos y Lavado, explicó que tradicionalmente las empresas establecen una estrategia poco efectiva que significa la compra de neumáticos por el costo de adquisición y no por la utilidad que arrojan por kilómetro, lo que se traduce en más reemplazos, mayor consumo de hule y contaminación.

En cambio, la aplicación de esta estrategia basada en la data, requiere analizar qué tipo de neumáticos son más adecuados para el uso que se les demanda (segmentación), aplicar el criterio de los manuales (presión, temperatura, carga y profundidad, entre otros) en qué momento cambiarlas de posición por una más adecuada (métrica), cuándo mandarlas a cada una de las dos renovaciones que soportan para aprovecharlas integralmente y cuándo enviarlas a reciclaje o disposición final, para evitar que contaminen.

Indicó que la clave es entender cómo desgastan las llantas de cada empresa, lo que sirve para determinar por qué causa salieron de operación y si alguna de las áreas falla en su desempeño; si ésta se adjudica al manejo, se hace una recomendación a Operaciones para que capacite a los conductores; si proviene de Mantenimiento, se pregunta por qué no bajaron a tiempo las llantas para su renovación, lo cual se traduce en la aplicación de correctivos y en ahorros.

Cada neumático tiene un diseño específico para su uso. Eso se llama segmentar. El transporte urbano requiere material que soporte circular tramos de 20 a 50 metros y paradas continuas. Lo hay mixto, para unidades que circulan tanto en pisos asfaltados, como en terracería, y otros para grandes distancias y peso excesivo, como el de los tráileres.

El desgaste de cada llanta es desigual. Por ejemplo, en las unidades del Metrobús de la CDMX, el eje direccional desgasta más lento, por lo que requiere llantas nuevas y de máxima calidad, que duran aproximadamente (después de sus dos renovaciones) hasta 250 mil kilómetros. Los ejes motrices y subsecuentes desgastan más rápido, por lo que, generalmente, ahí se utiliza material renovado.

Nueva, cada llanta tiene, en promedio, 20 milímetros de espesor y requiere la primera renovación cuando llega a tres milímetros. En los ejes direccionales, que son prioritarios, lo mejor es mantenerla hasta los 10 milímetros y a partir de ahí rotarla para un desgaste uniforme. Al llegar a su máximo se manda a renovar, lo que permite un rodamiento incluso superior que una llanta recién comprada. Cuando llega nuevamente a tres milímetros, se envía a una segunda renovación que permite de la mitad a tres cuartas partes de la vida que dio la anterior.

Una economía circular implica reciclar llantas mediante varias vertientes, la más común es la quema controlada en los altos hornos de las cementeras, donde se transforma en energía, sin emitir contaminantes. Otra manera es triturar el hule hasta granos muy finos, que se usan para la fabricación de pisos y pasto sintéticos, carreteras, o materia prima para otras industrias. También como defensas de barcos, protecciones de muelles o en ruedas sólidas de maletas, diablitos y múltiples herramientas.

En el caso de Grupo CISA, concluyó Alberto Ortiz, cuenta con proveedores especializados en el rubro de recolección de desechos peligrosos, avalados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para trasladar, sin costo, todo el material de desecho.

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